Cuando el niño era niño, caminaba con los brazos abiertos. Quería que el
riachuelo fuera un río, el río un torrente y un charco fuera el mar.
Cuando el niño era niño, él no sabía que era un niño. Todo él era
alegría y todas las almas eran una. Cuando el niño era niño, no tenía
opinión sobre nada. No tenía costumbres, se sentaba en el suelo, corría
por doquier, tenía un tirabuzón en el pelo y nunca hacía muecas al
hacerse fotos. Cuándo el niño era niño, era el momento de hacerse una
pregunta ¿Por qué yo soy yo, y no soy tu? ¿No es la vida bajo el sol un
mero sueño? ¿No es lo que yo veo, oigo y huelo, nada más que el reflejo
de un mundo delante de otro mundo? ¿Existe realmente el mal, y gente que
de verdad es mala? ¿Cómo puede ser que yo, que soy yo, antes de serlo,
no lo fuera? ¿Y que algún día yo, que soy yo, deje de ser lo que soy?