«Sólo en la cumbre del vacío se puede llegar a sí mismo y por tanto
también a los demás, al ser en general.» Monika Zgustová sobre Bohumil
Hrabal.
«(…) y es que mi vida, en apariencia aburrida y corriente, contiene en el fondo bastante dramatismo.»
«Me preocupa tanto forjarme a mí mismo, mis íntimos me crean tantos
problemas que no me queda tiempo de pensar en ningún cambio político;
hasta el punto de que ignoro de qué hablan los que desean un cambio
político, tan ocupado estoy cambiándome a mí mismo.»
«Y de tanto escuchar a los demás me di cuenta de que mis mayores
secretos, las cosas más terribles, los momentos de más intensa soledad y
de más tierna intimidad no eran mi enfermedad secreta, sino que también
los demás sufrían del mismo mal, aún más desgarrador; que las mismas
descargas que a mí me mortifican oscilan en cada miembro de la
comunidad, por más numerosa que sea, y es que habiendo escuchado tantas
confesiones en labios de otros empecé a creer que lo que a ellos les
sucedía en realidad me había ocurrido a mí, y convertí sus experiencias
en mías.»
«La belleza de escribir está en que nadie te obliga a hacerlo. Y yo, a
estas alturas, siento que escribir es mi cura, mi sanatorio
psiquiátrico… y mi consultorio sentimental.»
«Un escritor, y parece ser que es lo que yo soy, tiene que tratar sus
textos despiadadamente, al fin y al cabo tengo ante mí proyectos más
interesantes que los que acabo de abandonar; un escritor ha de tener
coraje e ir más allá, allí donde tiene miedo de ir, donde no le espera
nadie, donde el presente es inexistente y el pasado amenzador y el
futuro tan, pero tan previsible, como me lo enseñó mi querido György
Lukács…»
«Pero eso de querer ser moderno y progresista no se puede buscar
voluntariamente. Eso tiene que surgir de toda la personalidad: ser
provocador e inocente al mismo tiempo. Creo que en el ámbito del
pensamiento y del arte siempre ha sido así.»