El arte refuerza lo mejor de lo que es
capaz el hombre: la esperanza, la fe, el amor, la belleza, la devoción o
lo que uno sueña y espera. Si alguien que no sabe nadar se lanza al
agua, su cuerpo -no él mismo- comienza a hacer movimientos instintivos
para no hundirse. También el arte es algo así como un cuerpo humano
echado al agua: existe como un instinto, que no permitirá que la
humanidad se hunda en el campo espiritual. En el artista se expresa el
instinto interior de la humanidad.
Pero,
¿qué es el arte? ¿Lo bueno o lo malo? ¿Procede de Dios o del diablo?
¿De la fuerza del hombre o de su debilidad? ¿Es quizá una prenda de la
comunidad humana y una imagen de armonía social? ¿Es ésa su función? Es
algo así como una declaración de amor. Un reconocimiento de la propia
dependencia de otros hombres. Es una confesión. Un acto inconsciente,
que refleja el verdadero sentido de la vida: el amor y el sacrificio.