En torno a la literatura. Los ojos verdes, Marguerite Duras (Plaza y Janés)

Creo que la literatura siempre enseña a verse a sí mismo, al que la hace, y a ver el mundo de un modo más precioso o más completo de como lo veía hasta entonces. Es muy difícil ver el mundo y vernos a nosotros mismos. Por una razón evidentísima: cuando miramos, distraemos parte de nuestra mente o de nuestro pensamiento, de manera que lo que vemos luego es notablemente falso y convenido. Cualquier literatura, incluso si es muy mediocre o muy aburrida, es un esfuerzo para ver el mundo como si no estuviéramos aquí. Es esta, al fin y al cabo, la meta de la literatura. Es lo que requiere y lo que consigue, para todos. De todas maneras, el autor, incluso cuando es mediocre o insignificante, llega a este resultado.